lunes, 21 de septiembre de 2009

Padre Eterno, humillado clamo tu nombre, de profundis, para que me obsequies un destello de Tu Infinita Luz, y salir de esta selva oscura, en la que me encuentro perdido a la mitad del arco de mi vida. Mas hágase Tu Voluntad y no la mía. ¡Qué Así Sea¡.
por Gustavo Urquiza Valdez.

jueves, 17 de septiembre de 2009

MACUMBA

Por
Gustavo Urquiza Valdez


Una bocanada más y la maestra de análisis terminaba con la vida de su último Galousier. Roland Barthes se presentaba más comprensible a través de aquellas densas cortinas de humo pesado; sus principales puntos se desglosaban ligeramente en la mímica y las gesticulaciones de aquella doctora en letras clásicas. La penumbra del texto se iluminaba con la oruga de cenizas del cigarrillo encendido. Valerio sopesó la situación lanzando una mirada furtiva a su alrededor: Icaza a su lado, se entretenía con la contemplación de un montón de bachilleres jugando a la “bolita” sobre el césped de los jardines; Lola transcribía un ensayo de arte vanguardista para el taller del licenciado Artello; el montón de góticos que siempre encontraba su lugar en la esquina de la extrema derecha del salón discutía acerca de la pulcritud en el estilo de Marx y de cuál sería el mejor antro candidateado para visitar esa noche después de entrar en los seminarios o tal vez hacerse la rata, el caso es que no podían definirse entre la Roca o la Cloaca. Pero Valerio, como en suspenso, seguía poniéndole toda su atención a la silueta femenina colocada al frente. Cayó en el veinte de que jamás le había concedido un análisis más concienzudo al físico de esta mujer, sin embargo le solazaba la quietud con la cual se erguía, las muecas de las que debía echar mano para hacerse entender en lo umbrío de los escritos manejados en la disciplina atendida en ese cuarto número doscientos cinco de la Facultad de Filosofía y Letras.
Era esbelta, ostentando esa acostumbrada belleza mística que caracterizaba a las escandinavas del tiempo de la resurrección de los dioses, justo cómo él había leído tantas veces, de niño, en los compendios de mitología universal de Sender; su cabello rojizo se desparramaba por el espacio, cayéndole sobre los sinuosos y bien silueteados hombros, ondulándose según el movimiento al que obedecía en el momento; sobresalía el hecho de que siempre llevaba puesta la misma blusa blanca con chispas azules, el mismo pantalón de pinzas y los zapatos negros de tacón alto. Generalmente terminaba en el monótono y angustiante punto de preguntarles a todos los presentes, uno por uno, acerca de lo que habían tenido a bien captar de su cátedra, con el conocimiento previo de que nadie le contestaría lo absolutamente correcto. Ahí era cuando Valerio comenzaba a sudar gotas gruesas; en su bigote se generaba un líquido salino y asquerosamente molesto que le irritaba sobremanera, utilizando un tic muy tradicional en él, que consistía en pasar la punta de su lengua de lado a lado de la boca en repetidas ocasiones; comenzaba a remolinearse sobre la silla, mirando de soslayo a la puerta, como esperando el momento adecuado para salir gritando. Pero en vez de eso, se limitaba a esperar la dulce mirada penetrante de su profesora predilecta y la interpelación subsecuente, para finalmente concluir siendo quien más se acercaba a la verdad: Roland Barthes resultaba un asco.
El salón entero volvía a la vida, las respiraciones contenidas fluían de nuevo. Lola se levantaba paulatinamente, revisando los últimos detalles de su trabajo y desde luego, tratando de maniobrar con mochila, cuadernos y un vaso de Capuchino, todo al mismo tiempo; el gordo Icaza se sobreponía a la visión de una mole de color blanquigrisácea colocada al centro del jardín frontal, visible gracias a los empañados vidrios de las ventanas de marcos dobleteados en el frenesí de un extraño experimento de herrería; los góticos agarraban sus cuadernos con indiferencia extrema para luego salir apresurados llevándoselo casi por entre las patas. Pero él continuaba ahí, observando el avecine de la avalancha y la expansión de aquel diminuto big bang desarrollándose delante de sus ojos. El único movimiento derivado de lo que bien podría llamarse reacción pensada era el de que solamente acertaba a encuadrar por entre sus cristales a ese encanto llamado Rotsé. ¿Qué clase de nombre era este para una mujer egresada con honores a la excelencia académica en la Universidad Complutense de Madrid?
En primer lugar era de origen sevillano y lo cierto es que no se le apreciaba por ningún lado la aproximación francesa o alemana; el denominativo, en definitiva, no podría ser italiano pués ya se había encargado del asunto en un diccionario de heráldica y patronímicos de la Dolce Patria, cuestión que le obligó a llegar a tal punto de declararlo inexistente, invalidado. Probablemente alguna originalidad de sus mismos padres, quienes, al notar en el bebé esos perfiles místicos y su rara hermosura, decidieron bautizarla bajo un concepto determinante. El caso es que ni el Centro de Información del Estado, ni la Biblioteca Central, vamos que ni la Municipal del Parque Lerdo, pudieron aportar gran cosa a la investigación documental que el avieso filólogo fortuito había decidido llevar a cabo, pués no guardaban en su acervo algo desglosante en cuanto a semejante misterio.
¿De dónde demontres habrían sacado los catedráticos aquella monada de mujer? Indubitablemente que todo se le estaba convirtiendo en una tormentosa obsesión: esos ojos acuamarinos, parodias de piedras preciosas incrustadas en algún monumento oriental; aquella forma de manipular los libros, los bolígrafos; los trazos hipotéticos en el aire, fulgores de recursos histriónicos estratégicos; la sonrisa trasmutada en puchero. Sin embargo, jamás se había percatado del físico.
Esto había sucedido apenas un rato antes, de súbito, sin darse cuenta, hasta el tiempo en que la estaba excrutando, tratando de explorar hasta los detalles más ocultos de su geografía corporal. Se sentía privilegiado de haber notado en primer plano los rasgos esenciales del ser, de haber cabalgado por el llano más profundo y abrupto. Tuvo la intención de acercarse a Icaza para plantearle alguno de los pormenores sucedidos en los últimos días; de cómo le habían echado del departamento sin dejarlo sacar siquiera algo de ropa; el desgano por la lectura y el estudio, su deambular por todas las calles desde hacía cinco noches; de cómo en un ataque de locura arrojó su mochila con cuadernos y libros dentro al canal del Chuviscar; la forma tan lastimosa en que le evadía la gente; decirle el por qué de la asistencia exclusivamente a las clases de la maestra Rotsé; la razón por la cual se sentía ignorado, acorralado, relegado, a tal grado que debió sentarse en el piso en la clase anterior, cuando llegó jadeando de tanto correr y por milagro encontró la puerta del salón abierta; solo que Lola no quiso desocupar la silla que había destinado para su bolsa de mano; el debió sentarse en el suelo, recargado a la pared, impelido por quién sabe qué sentimiento inicuo de inferioridad, asfixiante que le obligó a saborear la delicia fresca de la superficie.
Quería contarle de por qué entraba al edificio de la facultad escondiéndose de los maestros y de las odiosas secretarias; de cómo, una de esas veces vio a Papá y a Tía Rosy salir intempestivamente de la oficina del Director Turrubiates, ese asqueroso remedo de gachupín. Seguro que la pobre mujer iba enjugándose las lágrimas, pués habrían preguntado acerca de su situación en las calificaciones con respecto a los últimos meses. Era un hecho que no le convendría que le vieran en ningún momento. Pero sobre todo quería contarle de cómo lo extasiaban aquellos cigarrillos de importación francesa que generaban un denso humo cautivador, el cual duraba hasta horas en disiparse y cuyo aroma se le albergaba en su garganta hasta muy entrada la noche, cuando se encontraba recostado en algún porche de las tiendas de la Libertad o sobre los bordes amplios de las cuantiosas jardineras. Aquel humo que en forma de serpiente llegaba zigzagueante a sus narices, rozando el contorno de su boca, volviéndola árida, sedienta en el frenesí de la locura vespertina, imprecándole en silencio, sometiéndole, perdiéndole.
El sobresalto de la terrible realidad lo provocaba el que ya se encontraran encima los exámenes semestrales y él, Valerio, ya daba por absolutamente perdidas dos o tres materias y tambaleaba en filosofía de la cultura. Sin embargo, lo que más le apremiaba era comprender en su totalidad a Barthes, librarla en Análisis y crítica, pués se trataba de Rotsé. En lo definitivo, no podría entrar el próximo curso a su clase si no comprendía el proceso de los cuentos de hadas con pelos y señales. Por lo tanto, perdería por completo la oportunidad de estar en contacto con ella, la mujer que momento tras momento intrigaba más su curiosidad. Su intención era la de acercarse a su compañero incondicional, Icaza, quien había estado pendiente de él desde que habían entrado a la carrera. La estrategia consistía en pedirle los últimos apuntes, ya que según recordaba, se le había ocurrido la estúpida puntada de deshacerse de todos sus cuadernos, los cuales, para esas fechas ya estaban nadando con la tinta desparramada en quién sabe qué altura del desierto. Probablemente sería una excelente idea el pedirle ayuda para escribir el ensayo final del grado cero de la literatura, que fungiría como el ticket de entrada para el examen de cinco hojas del que se les había advertido desde el inicio de las clases.
¡Pero qué va! Mal se acercó y la cara de luna de su amigo ni siquiera se dignó a brindarle una sonrisa. Pensaba pedirle disculpas por la discusión pasada, en la que Valerio había puesto de relieve el derecho inalienable que tenía para que nadie se metiera con su vida y lo que hiciera de ella, especialmente cuando se trataba de faltar a la escuela o no cumplir con los trabajos que se encargaban: “Si sigues gastando el tiempo tan indiscriminadamente terminarás con un palmo de narices y una boleta grabada con puros ceros, pero bien redondos”. Así le había advertido Icaza una noche, al salir del Cinépolis, cuando consumían los minutos ingiriendo unas rosquillas glaseadas de mango, nuez y vainilla, tomando un chocolate pero bien caliente a pesar de estar en el mero pleno de la primavera, dentro del Cabin Donuts que se encontraba sobre la plaza comercial, frente al Futurama Vallarta. “Ya todos los maestros hablan mucho de ti, de lo que te sucede, de como te comportas...¡Eso! Tu comportamiento es lo que más les intriga...¿Sabes? La única que mantiene la boca cerrada, y me he fijado bien, es esa vieja, la mentada Rotsé, la loca esa que nos trajeron de España...Para mí que se trae algo, no me parece normal, además, eso de estar vistiéndose siempre con la misma ropa...Sus clases ¡Guácala! Se me hacen de lo más aburrido, casi siempre termino cabeceando o perdiéndome en un punto en la lejanía, mirando a través de la ventana del salón...Es la única materia en la que estoy pensando muy seriamente en mejor presentar un no ordinario...A este paso nunca llegaré a ser escritor,,,Pelándomelas en Crítica Literaria ¡Imagínate! No...Pero volviendo a lo de tu caso...
La furia le había nublado los sentidos. Lo recordaba bastante bien, tal como si lo hubiera vivido apenas unos instantes antes. Fue ahí donde Valerio ya no pudo aguantar más, siendo que unos momentos antes se entretenía mirando a su entorno. Las otras mesas, el mostrador de los pasteles, a la cajera. A los repartidores que entraban y salían con nuevos pedidos para entregar, acomodándose el casco de motociclistas o alisándose las chaquetas. Ahora veía fijamente a su interlocutor, mientras prensaba por debajo de la mesa los últimos despojos de un vaso de nieve seca. Al escuchar tantos improperios en contra de su musa sintió chispear el asogue inenarrable de un sentimiento de ira. La bandeja que contenía los bocados de harina salió volando tras el impulso frenético que le propinó Valerio al levantarse de súbito, empujando hacia atrás la silla, con los ojos centelleantes y la boca desfigurada. “¡Haber si vas procurando ser un poco menos metiche cabrón!...¡Con mis asuntos yo hago lo que se me viene en gana, y al que no le cuadre pués ni modo¡...¡En lo que a mí respecta te aconsejo que te claves más en tus problemas y resuélvelos antes de querer arreglar mi vida!”, retacó con el dedo índice sobre el pecho de Icaza, quien sólo acertó a avalanzarse fuera del alcance de aquella mole furibunda. “¡Pero te has vuelto loco...Yo nomás lo hago por tu bien...No hay razón para que te encanijes tanto, buey!”.
Valerio ya no escuchó la última parte. Nada más recuerda que salió esquivando las miradas sorprendidas de los otros comensales, las interrogantes de los meseros y la insistente del encargado del frasco de las propinas. Era por eso que comprendía la actitud de su amigo, si así podía llamarle, al querer abordarle y suplicarle una pequeña sesión para poder limar asperezas. “Sí hombre. Entiendo perfectamente que la regué. Pero debes agarrar la onda de que no estaba en mis cinco. Mira, si te acoplas a echarme la mano, luego yo te echo canilla en esta clase y en las otras. Por supuesto que en lo que no puedas pescar. ¿Sobres?”. Pero el gordo Icaza seguía con la mueca inmutable. Ni siquiera le volteaba a ver. Por toda respuesta extrajo una cajetilla de Raleighs y se llevó un cigarrillo a la boca, manteniendo sus ojos fijos en aquel mismo desorden de hacía un rato, para después levantarse en un movimiento acompasado y repentino, el cual Valerio consideró grosero y mucho más elocuente que cualquier otro insulto, de esos infringidos con la peor de las entonaciones. Se despidió con un largo suspiro y colocó la libreta bajo su axila, dándole la espalda al salón entero, con todo y bancas. Con el ceño fruncido Valerio le siguió con la mirada hasta el umbral de la puerta, hasta que el cuerpo de ciento seis kilogramos dobló a la izquierda, saliendo a la avalancha de futuros literatos que se dejó venir por los pasillos de toda la facultad. “Maldito infeliz, rencoroso...que vaya a la chingada el güey”, pensó.
Volteó hacia la figura femenina que se había avocado a la tarea de eliminar la tinta negra del pintaron. Vaciló un instante antes de decidirse a abordarla. Primero tenía que pensar bien las cosas, estructurar un argumento convincente, adaptarlo de acuerdo a las necesidades, un completo ensayo de “Por qué los maestros deben tolerarle a los alumnos todas las torpezas cometidas. Qué le diría: “Señora...o disculpe Señorita Rotsé...Pués hay dos que tres cosas que me encantaría tratar con usted...Es esa cuestión del trabajo final que nos encargó...Me es imposible entregárselo dentro de la fecha señalada...Me gustaría, claro, si se pudiera, que me concediera una prórroga...O bien si...” Sí, por supuesto que aquello le valdría muy bien, a esas alturas del partido, cascaría a la perfección. Nada más faltaba acercarse. Rotsé reaccionó de súbito, le envolvió con una mirada dulce y Valerio cedió, bajó la guardia y las ideas se le escaparon de la cabeza con forma de píloncillo. No supo qué decirle, el ensayo entero se le borró del disco y quedó impertérrito observándola. Ahora eran sólo ellos dos, ahí, frente a frente, tal y como lo había soñado desde hacía muchos días atrás, cuando la vio por vez primera.

- Dime Valerio, ¿Qué se te ofrece compañero?, ¿En qué te puedo ayudar?- espetó Rotsé.

-Pués...- Valerio sólo tartamudeaba. No acertaba a encontrar las palabras exactas para dirigirse a ella. Con dificultad le detalló a la maestra los pormenores del caso, su situación con respecto al final del semestre y de cuál sería un posible arreglo para solucionarla. La respuesta fue como él siempre imaginó que sería: ojos entornados y una ligera inclinación de cabeza al lado izquierdo. Por supuesto que la sonrisa no podía faltar y Rotsé dejó ver una finísima y perfecta hilera de dientes blancos(aspecto que le pareció extraño a Valerio, dada su costumbre de fumar a todas horas). Aquella maestra de análisis extrajo la cigarrera plateada de su bolsa de mano y la visión de otro Galousier fue materializada. El encendedor de oro se friccionó y el trance volvió a surtir efecto hasta en los detalles más ínfimos. Ya no importaban ni la facultad ni los términos legales; ya no importaban ni su tristeza ni su apuro por concluir con bien esa materia; ya no importaban ni Papa ni Tía Rosy saliendo llorando de las oficinas; ya no importaba el tétrico incidente en el centro comercial, cuando, en una de las paredes, se vio enmarcado en una serie de papeletas. Pero claro. La culpa de todo la tenía aquella locura repentina que le atacó de súbito, prácticamente sin avisar. No. Ahora nada de eso le importaba en lo más mínimo. Eran detalles ignorados dentro de su cabeza. Lo primordial era observar aquella Venus de los tiempos modernos y recrearse con su vista. Y no había más. Sintió una inextricable humedad en sus manos al observar cómo este cigarrillo también cumplía sus funciones. Se le formó un nudo en la garganta y solamente ansiaba que Rotsé dijera algo al fin.

- ¿Por qué no me acompañas a la cafetería?- pidió con finura -, en el camino hablamos.

- Claro...Por supuesto...Me encantaría...- Contestó Valerio.

- Hecho...Vamos pués- Sugirió Rotsé.



“Verás. Con mucho gusto te daría otra oportunidad, pero recuerda que eso no resultaría justo a los ojos de tus compañeros. ¿Te gustaría a ti que mientras tú te quemas las pestañas por las noches, durante todo el año, viniera alguien más a armarla así de fácil? Como dicen ustedes aquí en Chihuahua ¿Verdad que no es onda? Vayamos, pués, directamente al grano. Mira. Escribe el ensayo. Finalmente me lo llevas a casa. A esta dirección. Entonces veremos qué podemos hacer al respecto. ¿Te parece?.”


Curiosamente ya no hizo ningún ademán para acompañar sus palabras. Sencillamente abandonó a Valerio sentado a la mesa, justo en el centro de aquel sótano que en filosofía y Letras osaban llamar cafetería, aspirando el humo que era el residuo del último Galousier de la tarde. Leyó con avidez el papel que Rotsé le había entregado; las letras azules indicaban una dirección extraña, ajena a todo lo que el conocía de la ciudad. Pero no caviló mucho y se llevó la nota a la bolsa de la camisa, pensando en cómo comenzar el susodicho ensayo. De nuevo miró su entorno. Atisbó los rostros colocados en los otros lugares: cómo se llevaban los lonches a la boca; el café que se consumía minuto a minuto...Pero le resultaba absolutamente indiferente, justo como él les resultaba absolutamente indiferente a ellos. Un grupo de snobs que hablaba de René Descartes, le empujó bruscamente, en tanto que uno de sus integrantes le arrebataba la silla sin ningún miramiento. Valerio reaccionó alejándose del lugar. “Esto ya se volvió clásico... Este es el mundo de los dementes...nos tratan como si no existiéramos, no les importa nuestra presencia...Y yo que era tan frío con ese tipo de personas, ahora me he convertido en una de ellas, desquiciado...No encuentro la puerta...¡Dios bendito!”. Salió del lugar mesándose los cabellos, echando mientes a cuanto se topaba en su camino, prometiendo que si las cosas no cambiaban, pronto le haría compañía a su mochila, nadando en las aguas negras del Chuviscar. ¡Qué Demonios!.


La tarde comenzaba a caer, grisácea. Las nubes cooperaban cerrándose herméticamente, cubriendo los tenues rayos del sol por completo. Las luces mercuriales parpadeaban a lo largo del Periférico de la Juventud; la afluencia del tráfico se mostraba menos concurrida; uno o dos adolescentes desperdigados que salían del Conalep Dos; si mucho, alguna parejita de mano sudada; de pronto, los primeros indicios del término de la segunda función del Cinemark; una avalancha de carros se dejó venir, sacando a Valerio de su estado catatónico. En un ligero estremecimiento se percató de dónde se encontraba, así como también de que no tenía ni la más mínima idea de cómo había llegado hasta aquel punto. Se despabiló frotándose la cara con la palma de las dos manos. Ya no sabía qué era mejor, seguir adelante o dar marcha atrás. Una vez más quedaría mal ante la maestra, pués ni siquiera llevaba el ensayo consigo. Para qué querría llegar a la casa de la Profesora Rotsé. Tendría que inventar alguna otra historia trágica, que a fín de cuentas, al encontrarse frente aquella mirada penetrante y dulce, no se atrevería a contar. Recordó cómo se agarró a dar vueltas alrededor de la sala de consulta en la Biblioteca Central. Pero su ansiedad no le permitió enfocar sus pensamientos, de tal manera que incluso olvidó comprar papel y tinta.
También recordó el encabezado del Heraldo de Chihuahua, colocado sobre el anaquel que se encontraba situada a un lado de la entrada: “Extraña desaparición de jóvenes estudiantes de la Universidad Autónoma de Chihuahua”. Sintió un infinito coraje cuando un hombre ya mayor cometió la impertinencia de arrebatárselo, cuando él estaba a punto de tomarlo. Tal vez haya sido la combinación de todas esas acritudes lo que le bloqueó la mente y le impidió iniciar su trabajo. El hecho es que perdió la conciencia meditando y sumergiéndose en divagaciones. De nuevo trajo al instante los momentos anteriores: Icaza observando el montón de bachilleres, Lola y su arte vanguardista, los góticos y el antro, los pasillos de la Facultad, la cafetería conteniendo tanto humo, los snobs discutiendo acerca de cuestiones sociales, Tía Rosy llorando, Papá con la mirada perdida, el Cabin Donuts, el encargado de las propinas, su pequeño departamento en la Colonia Granjas, su mochila nadando en las procelosas aguas del Chuviscar, aquellos carteles ostentando su fotografía, la indiferencia de las personas...Nada tenía sentido. Para Valerio todas estas cosas carecían de la más remota hilvanación de hechos. No sabría ni de chiste, ni siquiera por intentarlo, señalar el punto exacto en que comenzó a perder el control sobre las piezas del ajedrez. En qué momento habría tomado la decisión de dar al traste con su vida.
El Periférico de la Juventud se extendía ante sus ojos. La serpiente de asfalto zigzagueaba, perdiéndose en la lejanía. Finalmente, Valerio arribó al Plaza Hollywood, donde la gente hormigueaba incesante, displicente. Se mesó las greñas tratando de volver en sí, más sus esfuerzos resultaban infructuosos. Optó por vagar a la deriva. Si bien la idea de estar en sus cinco sentidos la tenía muy a la mano, había algo, como una fuerza ajena a su ser, que le obligaba a recorrer un camino ya trazado. No importaba cuánto se empeñara en darle un cause al flujo de las cosas. Sencillamente el camino se desviaba al ritmo de un son desconocido, plagado de conjuros y tambores retumbando en su cerebro. De pronto, un sonido estruendoso le taladró los tímpanos. No pudo más y se llevó la diestra a la sién, cuando se suponía que tendría que reaccionar con un reflejo rápido y mucho más escandaloso. Se sorprendió de la constitución, del garbo que había logrado adquirir a través de esa especie esquizofrénica que hasta la fecha no había podido definir. Con un ligero vistazo se dio cuenta de que hacía más de una semana que no se cambiaba de ropa. Se le ocurrían frases que a veces embonaban, explicaciones fortuitas a misterios vagos. Una punzada le taladró el cráneo y no pudo evitar la emisión de un grito ahogado y el torrente de agua salina emanando desde sus ojos. Y ahí estaba. Turgente, erguida, sozobrante, majestuosa, intimidante, sombría, alegre, triste, única clase en su género. El menos atrevido la habría llamado madriguera de creaturas celestiales.
Más sin embargo no él, pués se encontraba sumamente confundido, fuera de quién sabe dónde, dentro de quién sabe qué. Y pensar que la casa de Rotsé ni siquiera variaba el estilo que las otras mostraban de una manera tan insípida, apagada, sin sentido, tan ignoradas. Frente a frente, atisbó un aire más que macabro, un tanto acogedor. Contempló de pé a pá hasta los detalles de aquel cubil de sombras, como emergido de la historia más vulgar de las novelas policíacas que acostumbraba leer. Llegó a la conclusión de que esas no eran otra cosa que imágenes, enfocadas desde una perspectiva angustiante. No fue otra cosa más que angustia la que se apoderó de él cuando unos días antes le echaron del departamento, siendo la víctima total de la indiferencia de una casera que pasó por encima de él, ignorando su presencia por completo; no fue otra cosa más que angustia lo que le prohibía la consecución de una existencia plena; no fue otra cosa más que angustia lo que le orilló a vivir en las calles, a comer de los botes de la basura en la Calle Libertad, a dormir en alguna de las bancas públicas sobre la Plaza de Armas, frente a Palacio de Gobierno; a buscar en los contenedores colocados a las afueras de los Pizza Huts.
Ya estaba hasta el hartazgo de los recuerdos. Estaba a punto de decidirse a cruzar el umbral de algo que el ignoraba, pero no dejaba de ser palpitante. Sin quererlo pensó de cómo resultaba verdaderamente adjetiva pero a la vez ridícula su postura. Estaba haciendo toda una odisea del simple acto de acudir a una cita concertada por su maestra de análisis literario. Lo peor del asunto es que sí sabía perfectamente que aquello sería un acontecimiento fuera de lo común y cualquier denotación de misterio no le sería ajeno ni mucho menos extraño. No le habría costado nada, en lo absoluto, el darse la vuelta y marcharse sin decir oxte ni moxte, pero el caso es que su más grande afán era el de que quería ver a Rotsé. Las fantasías más atiborrantes en su cerebro confluían en esa mirada soporífera, atenazadora, embrujante. Y el humo de los Galousiers, de los cigarrillos franceses que vaya a saber como los conseguía ahí, en medio del desierto y tan lejos del Barrio Latino. Realmente le extrañaba lo asqueroso de este mundo. La forma en que se suscitaban los acontecimientos le confundía sobremanera. Pero el humo de los cigarrillos franceses lo hacía situarse en otra dimensión, tal vez muy superior a la que regularmente se encontraba acostumbrado a sufrir. Pero el caso es que su principal problema era el de entrar o no entrar a la guarida tan rara que se mostraba delante de él. Apretó los puños y emitió un ligero gemido, tragándose un líquido que más que saliva, parecía un ácido que le quemaba el paladar.
Fueron poco más o menos quince los minutos que empleó en el proceso de decidirse a accionar el timbre que se encontraba a un lado del cancel. A final de cuentas lo hizo sin vacilar. Un movimiento uniforme que le llevó a presionar el botón con el dedo índice, sin la menor preocupación. Se percató de que el sonido del timbre distaba mucho de ser audible desde el exterior. Esperaba uno de esos momentos de misterio que veía mucho en las películas del club de cinematografía, en donde las puertas se abrían solas o aparecía un mayordomo de siniestro aspecto. Sin embargo, pronto pudo escuchar unos pasos suaves y acompasados que provenían de la escalinata. La misma silueta femenina que tenía la delicia de apreciar en el salón de clases mientras sus demás compañeros se distraían en otras actividades, se dejó ver con aquella sonrisa desdibujada en el rostro. Su manera de vestir desencajaba en el tenor de la construcción. No obstante, su porte, esa personalidad, sencillamente manifestaba una increíble compatibilidad con el resto del panorama. Con un ademán le invitó a que pasara y ahí terminó todo trato que él sostenía con la realidad. Un clima denso, ensoñador, le envolvió y ya no pudo soportarlo más. “Maestra. Con mucha vergüenza le vengo a decir que ya no me fue posible acabar con ese ensayo. Ni siquiera logré concentrarme y es para mí motivo de tristeza el que usted vaya a creer que soy un insoportable que anda mendingando la calificación...”
La mano de Rotsé le impidió continuar con aquel absurdo discurso. Se dio cuenta que en la otra mano ya se encontraba un genuino Galousier, listo para ser fumado. No podía creerlo. Estaba a la merced del humo de un cigarrillo de facturación europea. Vaya que era una situación inaudita, exasperante. Comenzaba a comprenderlo, aunque muy tarde. Era ese influjo que los Galousier de su profesora ejercían sobre su persona lo que le traía loco. Y pensar que nunca lo pudo entender desde un principio; que nunca pudo entender que ahí radicaba el epicentro de sus alucinaciones, de su desequilibrio mental y de la agonía espiritual de la cual era víctima. La paranoia, sin lugar a dudas se originó ahí, en aquella fuente de perdición asquerosa pero que tanto le cautivaba. Fue conducido como un muerto viviente a lo largo de un largo pasillo oscuro que se extendía apenas si se terminaban los escalones de baldosas un tanto derruidas, cuyo estado no fue nada perceptible a la vista. De la mano de la catedrática española, de su catedrática preferida, fue conducido a través de un túnel que despedía un olor mortuorio, fétido. Así fue como se dio cuenta que era ese, precisamente el verdadero olor de los cigarrillos franceses que tanto adoraba. No era el olor intrínseco del pasillo, sino Rotsé, y nadie más. Aquel aroma de putrefacción no emergía de las paredes del lugar. Se trataba de un detalle más complejo. Las crueles intenciones escondidas tras de una máscara de inocencia y de buena voluntad. Todo lo que le rodeaba le gritaba que su deber inmediato era el de escapar sin importar cómo. Simplemente largarse, desprenderse de las garras del demonio que le tenía asido y vivir. Ahora sí, vivir.
Dicen que al final de cualquier túnel existe una luz. El sólo vio un recinto más negro y protervo, pero jamás la luz de la esperanza. La sonrisa de Rotsé se tornó en cínica e insoportable cuando le mostró una sala en donde estaban sentados, en círculo, otros seis jóvenes con una mirada perdida en el espacio y respirando en medio de una neblina con marca de Galousier. “Tú eres el séptimo querido mío, es cuestión de que sepas integrarte con tus otros hermanos, quienes compartirán tu pasión y tus devaneos, tu lujuria y tu éxtasis, tu euforia...”. El grito salvador de una bestia y unas uñas que se le clavaron en la mejilla derecha le hicieron volver en sí, le sacaron del trance y por fín volvió a ver las cosas tal como són. No era una mujer hermosa quien le tomó la mano para conducirlo, sino la execrable viva imagen de un grotesco esperpento, senil, símbolo del afán retrograda, de los retrocesos que aquejan a los corazones, de la negación al progreso y a la evolución. Ahora sí lo veía todo bien, pero bien claro. Realmente nunca entendió a Roland Barthes ni su grado cero de la escritura, sino que alguien le hizo creer que le entendía y por eso nunca pudo elaborar un triste ensayo; realmente el Gordo Icaza no le odiaba, seguía siendo su amigo, sólo que aquella maldición lo volvió totalmente invisible todo ese tiempo e inaudible a los oidos de su compañero de correrías, quien a esas alturas se estaría preguntando de su paradero, al igual que mucha gente, pués le creían desaparecido, tal vez muerto; realmente, lo mismo sucedió con los góticos que se sentaban en la esquina a la extrema derecha del salón de clases, quienes al no percatarse de su presencia, le aventaron atropelladamente; y los snobs en la cafetería, el señor ya mayor que le arrebató el periódico, su casera que le rentaba el departamento; Tía Rosy y Papá, llorando luego de preguntarle al Director Turrubiates acerca de si tenían noticia alguna de su retoño; esas fotografías suyas que sorprendentemente veía pegadas en los postes de la luz, las paradas de los urbanos y los centros comerciales, no eran otra cosa que posters anunciando que “Se Busca, joven de tez bla bla bla, con señas particulares equis y posibles daños sicológicos...”; más, la indiferencia de las personas.
Bendito sea aquel ataque felino, originado del miedo natural que los animales tienen a lo que resulta completamente anormal. Porque Valerio ya se había convertido en un ente fuera de la normalidad, aguantando ese sufrimiento silencioso, callado. Se dio cuenta de todo lo que vivió en los últimos días en unos cuantos segundos y cuando despertó, la anciana famélica le observaba con expectación, aterrada ante la expectativa de lo que iba a suceder, ahora que su embrujado se había liberado del contacto de sus manos que de tan arrugadas parecían envueltas en papel de china y del encantamiento que le provocaba su costumbre de fumar. Por fin se disipó el eclipse que le impedía ver la realidad, al ser tembeleque y marchito que era Rotsé. Se sintió sumamente dichoso de su suerte, de la felicidad de encontrarse libre de los conjuros. Fue el horror de volver a aquel estado catatónico lo que le llevó a descargar un puñetazo sobre la humanidad, por llamarle de alguna forma, de la bruja cuando ésta hizo el ademán de encender otro Galousier y girar sobre su propio eje para volver en sus pasos, pisando materiales que crujían, tirados a lo largo de ese pasillo que tenía olor a putrefacción, a añejo, a viejo, a obsoleto e inútil. En un instante Valerio rompió con el pasado y con los atavismos que paran el andar de todo hombre y corriendo salió de la casa sin atender a los insultos y amenazas que escuchaba detrás de él.
Ya fuera, el aire le dio de lleno en el rostro. Miró la cara afable de la luna y la quiso más que nunca. Miró la intermitente luz de las estrellas que le sonreían dándole la bienvenida. Las nubes se habían desvanecido. Saludó a un perro que se le acercó a lamerle la mano y olerle la entrepierna. Miró las plantas de los lotes baldíos y le parecieron hermosas. Nunca antes había sentido tanta alegría de poseer una existencia que le permitiera ser el testigo de los elementos. No le importaba si era alto o chaparro, feo o bonito, moreno o rubio, atlético o endeble. Solamente se hizo el propósito de caminar triunfante, correr veloz de puro gusto. Miró las luces del Periférico de la Juventud y sintió un gran alivio.
Escrito en junio de 2000 y publicado en octubre de 2003 en la revista "Punto y Aparte".

lunes, 24 de agosto de 2009

Los Mirmidones

por Gustavo Urquiza Valdez
Hidalgo del Parral, 1969.


Soy historiador del pueblo desde hace un poco más de veinte años. La primera gran motivación de mi vida fue cuando aquella inundación devastó los cimientos físicos pero también anímicos de mi amado pueblo.
Logré unas gráficas estupendas de esa inundación ocurrida en el cuarenta y cuatro.
Poco tiempo después, en el Cincuenta y uno, logré un premio nacional de periodismo cuando di a conocer dichos gráficos en el certamen “Francisco Zarco”
Para entonces ya contaba con treinta y dos años de edad. Era relativamente joven y no me cayó nada mal, ni la fama de buen fotógrafo ni el dinero que gané.
Aunado al hecho de que era ya una figura nacional, mis labores de investigador me llevaron al nombramiento de “Cronista vitalicio y cuidador del archivo histórico de la ciudad”.
Justo cundo pensé que nada mejor sucedería más adelante, allí estaba, buscando un documento que avalara que Hidalgo del Parral, Chihuahua había sido la Capital de la Nueva Vizcaya y no Durango.
Fueron meses de debate entre historiadores de todo el país, incluyendo foráneos. Debo recalcar que fueron meses de intenso debate.
Sin embargo, el Real de Minas de San José del Parral, como se llamaba hace centurias, no salió victorioso. Y es por ello que yo, el responsable, fui herido en mi orgullo, sabiendo que era quien más debió aportar a la lucha.
Pero he aquí que descubrí el documento más extraño que historiador alguno descubriera jamás en su vida.
Yo, que nunca pensé hacer un descubrimiento extraño, encontré entre incunables y registros de propiedad, dos papiros de siglos de antigüedad, aparentemente, que al momento captaron mi atención por el solo hecho de tratarse de papiros. Otro premio nacional estaba en puerta.
Uno de los papiros mostraba en letras, que yo consideré medievales, una declaración y una lista pertenecientes a un grupo supuestamente de carácter milenario.
“La resurrección del Ejército de Aquiles” era una y la segunda era, como dije, una lista de unos tipos que se hacían llamar “Los Mirmidones”.
Leí ávidamente la resurrección de tan extraño ejército. Me di cuenta que quien lo escribió mencionaba el sitio de un lugar llamado Ilión y que Aquiles, un rey griego, mató a uno de los príncipes más importantes de esa tierra.

Todo tomó un tinte más interesante cuando desfilaron ante mis ojos los nombres de los dioses griegos: Zeus, Hera, Apolo y todos ellos que la maestra de segundo año me había enseñado en la clase de gramática.
No pude leer más. Las letras medievales eran ininteligibles para mí.
Acudí a un amigo paleógrafo de la capital del estado, dispuesto a descubrir tales narraciones. Esteban Aragonés se encontraba en la ciudad de Chihuahua inspirándose ante la vista de la catedral y esperando formar un buen libro de poemas religiosos. Mi visita le incomodó.
Sin embargo, al mostrarle mi descubrimiento, me dí cuenta que mi viaje de cuatro horas no había sido infructuoso.

- Por la letra, sobre todo las mayúsculas, considero que este texto data del siglo catorce... pero utiliza palabras que no se usaron sino hasta el siglo dieciocho. La trama, es extraña. Según aquí, después de la muerte de Aquiles, Rey de los Mirmidones, éstos se dispersaron, quedando solamente un grupúsculo.
Esteban fue de gran ayuda para mí, pues siguió la lista.
Después de miles de años de su desaparición, un monje, quien supusimos, fue el autor del documento en cuestión, encontró una lista de nombres a la que le añadió otros.
Decidimos dejar la lectura de los nombres para después. Esteban dijo:

- Vamos, que necesitas descansar y supongo que ya tomaste esas tus pastillas para la depresión amigo Jacinto.

Y así lo era.


Al día siguiente, ávido de conocer qué sucedía, yo, Jacinto Flores, me dirigí muy temprano a casa de mi amigo el paleógrafo. No encuentro palabras para describir el semblante que vi en él.
- Había un párrafo que solamente se puede leer poniendo el papiro sobre la luz de una vela. Estaba en griego y es un juramento. Allí está sobre mi mesa de trabajo, traducido. Léelo y después sírvete leer la lista que ya pasé en limpio, y que como te darás cuenta no es tan antigua.

He aquí el juramento:
Nosotros los mirmidones, tras haber visto el sufrimiento de mujeres, niños y ancianos de la incendiada Ilión, hemos decidido no volver a la Patria Tierra, sino más bien reclutar seres vulnerables e iniciarlos en nuestro ejército para el progreso, por amor a la Humanidad.

Luego la lista que comenzaba con los siguientes nombres: Jacintus Flori, general tuerto en batalla y triste por ello, y Estebanus Aragonis, su escudero, que perdió una pierna.
Nunca recordaré el número de nombres y cuáles fueron esos nombres por lo sorprendido que estaba. Llegué hasta un punto en que estaban subrayados con rojo otros denominativos: “Fray Jacinto de Flores, franciscano expulsado de su abadía y su discípulo, el aragonés Esteban de sobrenombre “el cojo” y que siga la lista.”

Abraham Lincoln, José María Morelos y Pavón, Prince Hall, Hellen Keller, Edith Piaf, John Nash.

- Deja de leer y escribe nuestros nombres- interrumpió Esteban Aragonés, el paleógrafo-, y no olvides agregar, al mío, que tengo una pata de palo. Somos mirmidones. Y que siga la lista.

















lunes, 17 de agosto de 2009

The melody. Memoirs of a teenager.

By
Gustavo Urquiza Valdez

Meditated on some issues that every teenager has us hurry sex. This morning I awakened from my horrible pests casting destination guiñapo fourteen years old. My frustrations have been elevated to full power last night because I could not address a single word to Morra I like. And that is unattainable for me is the old. My name (although I already know what they will say, "what we care about your stupid name, that is what we want done with this boring story), my name is Agustín Equis. Better to be resigned to my name, because it is not true and trying to cover anything else. Actually my name Equis. In fact I am a person equis. The sky pastel color of my room seems to be dropped on me, making it unbearable density of the environment and the tedium that I am at the same time. Damn! I am so absolutely disgusted by everything that surrounds me. Society, or rather, "the dirt"; Tembleque of the school, the school itself. Gladly send all of my life to hell. Only a matter of cutting veins or pull the trigger of a gun ... now it is very easy, very easy to get one, but nothing else is to the effect, in the end the seller does not, ever wonder why I . But I have to set foot on earth and understand that even for that you need money, and I'm terribly poor. And I shout that go into the kitchen to the steep glass of liquid that prepares mom in the mornings, so I either go to lunch that they call "prepares" and not have to buy anything in the cooperative or in the street. It is a big plus for me, because I hate eating outside the home, because for a server, what is to prevent contagion or amebiasis that microbes involved. I decide to get up with heaviness of my bed and ojeo some papers in which it is expressed that the name is my first novel. I am giving his final touches. A first novel, the fourteen years is not bad. I gave it the title "Melody", and is a misunderstood young man like me, and mocked and abused ... like me. In the end, parallel to its existence, composed a musical piece (as it is also a genius), whose hue, a beautiful line is taking shape, causing a higher quality of life in the boy's existence. Are only eight or nine pages of material, but I swear that is the exact form of a novel. I know, I am looking very bored, and I understand. They are not the only ones who think so, whomever you are reading this, or listening. But if you want to know something which I am sure they will be put in, it will be interested. All night ... I was masturbating. I feel completely swollen neck, a slight tremor in his hands, panting a burial detachment and an absolute joy for me to be young. As the beds of my parents and mine are in the same room, I had to resign themselves to come up with blankets and pajamas set, so that it can imagine the scene and smells so foul that dismissal to make any move. "When you're pulling the rooster crest, please do as you do not hear your mom at night ... just heard your sighs and pujidos when you know what you ...", I said the other day my Dad and I felt so cockroach. I still remember clearly the first time my little (pitirrín, cock, bird, tripitas, how you want to nickname), and launched the thick white fluid is called semen. Was, precisely, and I accept that many solemn events of my life have happened at the same time, the day I got the result of the admission exam to enter my high school wing. It was all because they saw chamaquita a little older than me, and with their newly acquired ways of women. After I got home, having been happily in the morning shift, in room "B" of the Federal High School, I went directly to the bathroom, taking advantage of mom and dad began to talk alienated by the big news. I had my own duties, more important than any result of testing in the entire world. Guessed: masturbating. It did before, because in elementary school to talk with friends who already had twelve or thirteen years and we talked for more dwarfs what is left when a "puñeteaba. But I did everything to the letter, but I'm not leaving anything ... Until that day when I saw that your puberita waisted denim trousers, showing his powerful buttocks that "appeared to be doing cachetón a hole every time you walked." Then I was done. For the first time I felt it was a fact and law bato. Flipped to see who had eight or ten years and knew that as I had left childhood behind. She was only eleven years old. What a mess! And to think that all chiludos have to go through that. - How will the school - my father asked. The truth of all adolescents is to hide its own truth. I think if there is actually a versatile intention to communicate (speak and when to communicate I do not mean the mere fact of exchanging words, but to listen to, tolerate, understand, etc..), Would not have so many misunderstandings between people. I had to tell a big lie, based on fear and desire not to be annoyed or scolded when he starts the day. I replied that everything was "doing very well," ie, very good. - Chemistry - Don insisted Eufrasio or my dad. - How do you say ... hummm ... wonderfully-answer cynically. Sometimes I am so disgusted. The issue is that of oil and the atomic number of any element bores me and I despair about. I always laziness, preferring to take its course over time, according to final results and ciñéndome to the will of the teacher, requesting not to know who to feel that my compassion and dignity as a respectable six, but then I went to say "panzazo. - Furthermore, the Ruca is very explicit and very well explained ... I understand perfectly ...- add to sauce to throw over my beans. - I hope my mom suddenly spoke, and what about biology ... I heard that many complain about the old woman who taught that class ... How do you say ... the raisins ... - Yes .. it is very old woman as well as tell you who has the wrinkled leather exclaimed with an ironic smile. - But how you go with it, Mom insists. Wavering, with a hesitation that I could not disguise, he replied that in that area I will of pearls, but more, of the ugly fact is that nobody has gone well with this lady. Arrives and is only limited to talk. Just sit and open the textbook, "Bios Life". Then it starts to let a bunch of nonsense that you are willing to put a muzzle or choke. "That plantelmintos here, that there staphylococci, the taxonomy of this animal, that the classifications of the other insects and a sleeping ...", the boredom. Surely Charles Darwin or the same class as a stand that I am describing. As was unwilling to continue to receive further questions or to be bombarded with more objections, grabbed the bag, I hung up the shoulder and left home. It is precisely now when I remember that I forgot to give my letters. I said that my name is Agustín Equis stupidly, I'm going in the second half of high school and I love the music oldies, but these beautiful old woman. At school I am a real ass, but responsible for my actions and always punctual. Here I am, wearing a uniform of white shirt and black trousers. Wears a wool jacket lamb inside, because it makes a hell of a thousand cold. I am known among the race because I have no friends or groups' social 'normally attend. Another factor that leads to my fame is that I am the classic "nerd". And I am the classic "nerd", all the rabble teases me and makes me comidilla and became the laughing stock of the day. I intend to take no care, but the simple truth is that torture is a real awakening in the morning, then think about what I expected in the classroom. But I continue to heart and guts attending. Nevertheless, provided the materials step, and my dad, Eufrasio says that's because I read. Leo as a mouse library. Any book, pamphlet, feuilleton, pamphlet or magazine that falls into my hands, just by reading it. Besides, almost never, unless I get sick, miss school. Needless to mention that I am poor and that is why I am not a gifted life. Another factor for which I'm not very sociable. Just start typing and it pleases me, because this is a way of compensating the lack of economic resources and problems of my interaction. So bizarre that word, right?. It refers to the ability to integrate a group or society in general. As for myself, I used to be a loner and I am worth. I have high expectations for a beautiful future. There is something you do not tell anyone, and I also really love pornography, to the extent that I have a alterote magazine "Playboy" and "Penthouse" at a small desk next to my bed. Of all these, the most I like is one where a steep and a Japonesita ... I went to step two morons. One more than another. Are treated Arozamena Miguel and Felipe Carrisales, both come to the Training Center who knows how to train Chepo ball. With bromitas heavy and frankly no one greeting me want to, and addressed me. - Where are you headed my mongus well-nicknamed Arozamena me, obviously because I felt a jerk. -A no matter where you hook-nosed answered what I could do it more aggressively and tried to leave them walk faster. - Have you heard the new rumors running through the neighborhood, about you - Miguel Carrisales asked. I pretended make the disinterested, but the loosening step. - I do not mind this stupid gossip gentuza, just finished high school and I look over. But in the end is not true. Somehow I do things that interest me are talking. It is run by fear of danger or any one days because, maybe, yeah I like that I accept the society. Question of masks. In this respect I am long, is a long history. They are an endless number of projects that I have for my life and occasionally a light jacket on when I can use as a defense mechanism when I was insulted or denigrated me. I'm not the only one who uses one of these defense mechanisms. - Oh yes, yes ... the little boy is going to look to who knows where, because it will become a great writer and is going to win the award, who knows what, who knows when one of mimic me ...- those morons ... Sabet animal after all in the neighborhood saying you're going joto well as Erick, who lives one block here. This led my obvious anger. When you remember the ten in May and January are very unhappy "justice and gave a good kick sound. Would have continued with their attacks but because Miguel stands and calm. As that happens in your car Cernera Victor, who also attends the same school that this pair are beasts and invites them to be loaded on your ship. At least I will leave in peace. - Quihubo mongus-mongus one of the many nicknames that I have applied and who is lying now Victor, not without the others mofaran, How have you been?, You still just as stupid or longer than usual you are a little off?. - So I fool mother fucker like you, so How do you see? Click junior. When does the gesture of getting off the car to gave a good tranquiza, which frankly I do not deserve it, and Miguel is back out to remove the "bato ... come and not worth soiling of hands with this Guey ... and we are going to do well then ... " Start the car and eventually leave. [Who would have imagined it when you saw that happen with contoneándote schoolgirl skirt, so let us see who carved your curves. The way you mojabas lips and made us all feel like we're Pedro Infante when we started that fire in your eyes of green eyes, the color of lemon rind. With your single view would have been sent to your whim. We gave the site each time you tardy. Many of the tasks you did the most intelligent of the room. I did not have to attend the library, since a lot of idiots you spend at your notes and consented to them copies in the math tests. When you were going to paint and you mattered little because the teacher of geography was also in love with you. So there it was, paseándote with your friends along the street Maclovio Herrera. Really, who would say, whenever parabas cars and other things ... ... to spend with the white uniform with blue, walking like models, because until you are solvent enough to have paid for a modeling school . Who was going to say.] School I was dumb. Like the lounge. They did not have much to say. Cade emphasize that this is being written now in the afternoon. Actually happened in the morning. It happened that I arrived. Already four years crossing the street. The Bartolomé de las Casas. It was so early that even the CHAVILLE from high school had arrived. The same high school where I studied. Really strange time. As usual, it was the first to make act of presence. In it, Lauren Esparza arrived, the Venus of the Nile Dream Ce sweaty second half of Morrillos we had all fallen at that school. His dark black hair, his piernotas marble, her breasts firm and levantaditos were the center of all the sessions I had masturbatorias in escondidito. I smiled and I answered by putting pale, then scrubbed it or did not do. - What are you doing? - Asked. - Reading-contest. - And what you read, asked again, looking forward to a book of art history that I had been given some time and was very hurt as much as read. - History of the ar ... ar ... te-again reply. I should add that I am the jester in the school and Lauren Esparza had no reason to go to the floor. But this time it was. - I also love art-environment with the eyes and continued sitting at the side of mine, and you imagine what I felt. Especially when your legs crossed. - Really? - Seriously, nodded, looking every time I go to Mexico, or the Defeo, my dad takes me to the Prado Museum with my cousins, and I see collections of Pablo Picasso, Dali, Diego Rivera of it ... What is the name of this famous Mexican painter who is very rebellious, "some of Jose Luis ... but I do not remember well ... - José Luis Cuevas-expressed triumphant and proud of my knowledge of painting. - Go, this grouper. What is your favorite painter? - Edvar Munch. - And who is this. One of the greatest exponents of Expressionism ... European paintings show the anguish of that man is prey ... all through the translation of ghostly figures ... one of their most representative works are "The Cry." No doubt that had stopped at six. - In that case, you have nothing to ask the more experienced artists, you are truly a well educated boy. .- Augustine exclaimed, taking the index finger to his mouth and suck, very sexy. Then I moved the right hand by left shoulder and I had already erased any notion of reality. I felt privileged. But I never needed a hair in the soup and I came all the troops. So it seemed that they did on purpose. Castruíta Jose, the unofficial boyfriend Lauren, at the time he saw me, dropped a roaring sound. His narisota Güero and the three hairs that are in the mustache annoys me, because when I felt that another attack was coming to my dignity, and so badly in these times. - And what have you done with my new "Babot" - another of my nicknames, to the sixth semester knew .. - Nothing that you value, stupid colorless. - Look at it that, is well ... Is that knife you're puñalito? If anything is that I hate to say dagger, joto, maricon, muerdealmohadas etc. But if there's anything I hate more than telling hidrocanoico, joto, or queer, is that they put me with my books and the damaged. That, after all is neither true nor me I believe it or not, but my books, what is most precious to God put me in life. So when Jose Castruíta dared to spit on a gargajo "Maja desnuda" by Francisco Goya, does not support more and punched him a sovereign on the chin, which caused him to leave a considerable stream of blood to I splashed. I will not detail what happened then, but okay, laugh. It is the hour of rest and I am with one eye completely black, the other purple, swollen cheekbones, arms scrapings, I have a terrible pain in the stomach and who knows why the crystal glasses are not broken. And I put a fleece championship damn unhappy, until the sides feel tight and I can hardly breathe. But I remain Augustine Equis writer. ¡Auch! Lauren is about and tells me: - Well we have a boxer here ... - I beg you not tease me ... it hurts to the core of the bone ... ... I mourn all of my kids saw humiliation. - It does not matter ... ... so you look a little comfort ... sit on this stool for you ... a little consolation, let me tell you more hurt in their pride that will let you jaw as Chingaza elephant with that, everything that you can feel ugly. Clutching her chin with his hands white, I am told, "I'm waiting in my house at about three, do you think?, You take something that Goya maja desnuda ... ..." He got up and left. - If you believe what I just witnessed you doing something to help, you're fried ... Is David Villalobos. Although I still do not really consider my very comparable, is the only person in whom I have confidence in the school. - What you gonna tell your mother? - Then I bronchi. What they say in the address? - None. As they are accustomed to the rich to fucking hit. Them. Take a cigarette and takes it to the mouth. Sixteen years and has kept himself (I mean the monetary issue, as it is very friendly). - Yesterday Alicia throne. I do not know why Ray must always come out with these talks. I am not interested. I want to know my favorite authors as Poe, Becker, the Marquis de Sade, my Playboy magazines. - You go, you do not know how sorry-old beggar, or even knew. - I was pregnant ... If something is not what I expected, this was news. The tawdry drama or saw in movies that I thought would never be near me, I got there, face to face. I am an imbecile for not knowing how to react. - Now how you gonna do ... - I said I was, I made it ... ass-abortion expressed lacrimosa eyes, and a coca cola cans. - Has chingao ... - How did you hear. - And how did the abortion. - In Juarez there is a lady very good for this bussiness. After this no longer want anything to Leticia. It was a matter of quinientón Case settled. With respect to Lauren ... be very careful, remember what kind of people are that group. I felt as an accomplice of the child aborted. However, David gave him the same. Arose from the bank and went for another cigarette. I could not stop feeling tingling in the belly as suggested by the invitation that I had time to rest. The last three hours I spent with her chin supported on his right hand, which in turn was supported on his elbow, which was on the palette. This classic position that makes it seem like a real stupid, lost in the view I do not know where. II Wanted all over my favorite book of art history. One is called "Muses, and Majas odalisques", a Spanish critic of the early twentieth century. But what interests me is the quality of who wrote it, but it brings only nude paintings of women. That excite Lauren. I look around the room you are booksellers and my eyes encountered my favorite painting, "The cry of Edvar Munch. It is simply great. It's like I feel the mood in which I am. This is an individual who looks agonizingly fixed and the viewer, touching cheeks and opening her mouth. Then suddenly it's as if the table becomes more than just a painting. In a mirror that reflects my exterior. My soul. There are moments I'd like to know what lies beyond all these brilliant scene that appear in the sky growing dark. When I was ten years life had more meaning for me. Had a fixed target, well drawn and the victory was at my disposal. Only issue was that I told you, "Come to Me" and now. I had dreams, hopes. Today I feel a tremendous desire to scream for help. Finding someone to listen to me, and I understand it is not ready to move on from me or want to impose their will, pretending he wants to fix my life. When I despair, looking onto the floor window. In hot weather it is easier, because the stars are more visible. Then I imagine that if not here on Earth, probably in one of these planets millions of miles of light years away, there is another teenager like me, who is hoping to turn a response similar to that which I seek in imaginarily Riding space, and also at the same time, key your eyes on one of those small bright spots and that is our land. In a book, I do not remember what I read it in a beautiful wilderness, which is undoubtedly a point, though distant or hidden in the vastness, you can find a well of water, flowing streams of hope turned crystal-clean water for thirsty. So I guess my heart, like a solitary desert in which I lost, but it keeps me alive the desire to find that well. [Who was going to say. So beautiful. If you knew all that you dreamed, and what we dreamed about you. You would have swelled with pride. But things are this way and nobody is to blame over who originated] One of my ambitions is the French entry to study at the Faculty of Arts. I would like to write and publish books. Also comics. Before leaving the house of Lauren, in fact, I stopped a moment to see the comics I've written, and of course, the most valuable, my first novel. I thought him a few refinements, but this is pretty cool. My character is a happy man, and now I have a rendezvous with chava guapa most of the school. I calc my shoes brand mountaineers Perestroika, I my leather jacket, some jeans, bent on the court, I comb back, using a fixative, I set the glasses and left. Sure, the book "History of Art" which had promised to teach Lauren. Were playing somewhere, "Dying Slow" with Timbiriche, and I felt a tremendous mess. Not bear such kitsch. Took the street where the main entrance of the Lopez Velarde and I realize how much BOMBONCITO there in that school, although much fresilla. With regard to the music. I like classic rock and pop rolas those of the sixties as the Beatles and the Rollings Stones. Moreover, after six in the afternoon, I can tune into the radio station is called gringa Koeman, who play in the pure music Oldies. I also have tapes. Many, where I recorded the music of the Temptetions, the Monkees and the Doors. Just a stone dry cement in front of the Lopez Velarde I find Elisa, La Morra I like. Since we know that we are children, and she studied at the cbtis. It is very pretty. Guerita cafes and clear eyes. Body ... You can imagine! Sister is my best friend, Esau. And they count on these adventures. - What - I asked. - What? - I answered. - How to keep the blows - ask me and I tenderly melts, because when I spoke so I can not find how to react and I become stupid. As you heard from the school zafarrancho the asshole of Castruita and others. Has, indeed, Elisa is the "old" to which I meant when I started with these notes. - No wonder you're the ... comidilla of all, besides, who is not going to set the makeup you put on your face, your nose Respingo was moving his right leg and caressed, then I looked in their blue jeans landslides , who had been allowed to appreciate more and notching effect. - Where you are going - still wondering if you know. - At Lauren's house. - At the home of Lauren Esparza, Are you crazy? That is the girlfriend that you just left like that. As revenge for what I just said, I answered that I was getting late and we pretend to give a goodbye indifferent, and in myself, I die for it. Definitely I am a loser. III On entering the house of Lauren Esparza, I realized how unfair life had been to many of us. Hardly was the incredible richness of those chambers. An elegant living room furniture and worthy of a European castle, leaving those in the movies. When I arrived, Lauren, the strawberry girl sexy femme fatale with complex, was taking a bottle of coca cola and watching "The unforgivable," with Clint Eastwood, the matamexicanos. I must confess that the style palazos wearing pants, it was not so bad. - Like a soft drink ... - No thanks, not tome soda - So what about a glass of water - That would be great. - Do you like movies that deal with the Old West and the gunmen? The truth is that this kind of films I do not fall entirely wrong. I said that my favorite was the "The Good, the bad and the ugly", one of the masterpieces of the genre and bla bla bla ... Noticed something strange in the atmosphere within the house of Lauren, but failed, to my misfortune, at guessing what it was. I began to ask about the book and I had paint, but sensed that something was loaded hand. It was clear that he did not know much about art, not to say anything. I felt a sense of bitterness and frustration to turn to see around me. Definitely did not see that just a single word of that girl, her "daddy" will put the world at his feet, whereas I was just hoping that my mom told me that it would not cost more with the house and my studies and that would leave the school. Meant an insult to me, somehow, to remain in that place, in the midst of many luxuries. I tried not to pay more attention to the issue and concentrate on the immediate moment, but my brain was still in the idea that something strange floating in the air. The skirt I had forced me to hit me sweat for the temple and could not stop looking at those legs and molded Trigueña somewhere that allowed air to percolate entertain your clitorito. I opened my book, "Art History" to show it to Lauren, but that, she grabbed my sides. - I think ... I think there is an error here, is supposed to ... Laureen said ...- shaky. - There is no mistake ... I know exactly what I do and what I do. I want to go to my room at this very moment and we love ... Without further miramientos I grabbed the collar of his shirt and drew me to it, forcing me to climb the stairs in a few ten seconds, for moments later, found in his room. Something was definitely very wrong. I'm not exactly the kind of boy crazy for a woman, and less if the woman is the most popular of the preparation. - I go to the bathroom ... when I come back to fix, you are naked and ready. Just when you enter the room Laureen, adorned with all kinds of plush toys and stuffed, I noticed the presence of a closet. I felt the presence of someone within that site and my instincts worked correctly, then advised me that I completely undress and be wary of that "complex with strawberry femme fatale." Laureen minutes passed and no return, but that, and it was not wrong, I heard that the interior of the cabinet came out a few murmurs in a low voice that even though they were violent. I was sitting in bed Lauren, what I decided to stop and open the doors of that cabinet. Finally I decided, and I was slowly approaching the doors of the cabinet said. That's when I heard, now clearly visible, a voice saying "... we already discovered ching teto ...", click and almost immediately opened the door suddenly and I saw I threw up two moles. Were Castruíta and company, who brought a video camera in hand. - Grab a ...- screaming, while I, by surprise, failed to do absolutely nothing, but after the latter began to struggle with bravery. "Get your pants," shouted one, while the other tried to take off their clothes. Were not many moments for the struggle to become an exchange of minds and cabronazos mother, I took the brunt. Finally I achieved its mission and I was completely naked and Laura at the door, looking very serious. The very unhappy were used to record and leave uncovered.
In that, Laureen intervened and intervened between the camera lens and I, I took time to get dressed again, between sobs and curses. I knew something was discussing the trio head hollow, but could not guess what, after all my courage was beyond my keen senses. I was dressed and on the run, down the stairs three strides, and when he was about to open the door of the house, heard the voice of Lauren that I screamed. - I want you to forgive me ... I do not know what the hell he was thinking when they convinced me to do that ... I swear that ... - The words ...- the post-over interrupted and left without saying more. Needless to say, I stopped up to the CAS. A cold feeling ran through all my bones. That took place was called mugrero solo. I put a tape and immediately broke Paul, George, Ringo and John with "Hey Jude". Frankly not stand the idea of being regarded as stupid, to the extent that these morons a humbug me play like that. A twinge, almost struck me as pain in the neck. I pressed my head with both hands. What is ugly adolescence. I did not realize the time they finished the chorus of the song over and already the "Archie" singing "Sugar, Sugar." In tune a stereo radio that he planned only gringa music Oldies. Went the song "Diana" by Paul Anka. Grabbed my pen and notebook desktop ... embarnizada a piece of board ... and began to scribble ... "The man eventually died and fell over the melody like the poem ..." My dad came suddenly and exclaimed "nice song" ... The songs of my time is best ... I like the singing in Mexico César Costa. - You know ... I think we have long since distanced itself came out of high school ... your mother told me why that gap ... are right to be unhappy with what I did. I worry for my ideals, gait and unionist leader of the truth is that neglect your well being ... but mind you, because you're finishing school English and whatever happens no kites with your children the same mistake that I commit to you. You'd rather have all the comforts and all that I've given you are problems and frustrations. He left the room. Without paying a fotoalbum, and I began to give it a glance. There were all kinds of pictures. It was Saturday and gave me the luxury of getting up early. Belonged to a kind of subculture. "The Albatross". Only Rock and Roll listening. The picture was there, five brats dressed to James Dean in "Rebel without a Cause." Eighteen of May nineteen ninety. Oíamos to marcels, Little Richard, Ray Charles ... Another picture. March Seventy-Nine. A baby born a month of sleeping on a bed and dressed in green Mamelouk. The school I was always cold. And yet more news of the frost that I learned not to like hearing the news: Lauren died in a car accident the night before. I must say that I do not care. The catalog of books in my house is as follows. The books that were in my house were in philosophy, classics and contemporary. The Dialogues, The Nicomachean Ethics, Politics, Treaty of Catilinarias, Thus spoke Zarathustra, Travelers and its shadow, the castle, the process, America, The Little Prince, Southern Mail, Night Flight, White Fang. The prince. It means purity, which is beginning to be born. He travels to many planets, each planet must be one with a bias. Clear. Each planet is an evil, a complex human bias: vanity, greed, false door, existing without living. And what about the pink. That is the reason to live the prince. It shows us that living is for a reason. Anyone who does not have a reason to live, only that it exists. The mean baobads evils, the planet, the heart of man. Which was neglected baobads some seeds that were in his world, he grew the great trees which represent evil. And the spring, the fox, the snake, the bells? I am missing so many things to be defined. I remember the painting "The Cry" of Edvar Munch. I feel fairly well. For the first time I thought of suicide. And it was the latter. I want to continue living.
1993/1994

martes, 4 de agosto de 2009

Una historia del sufrimiento de la lectura: bibliofobia de principios de siglo.

Por
Gustavo Urquiza Valdez

Un buen principio: la personalidad de Don Alfonso.
A través de todos los tiempos, una de las armas más claves para el desarrollo de las sociedades humanas es la capacidad lectora(o bien de lectura, según se le quiera considerar).
Nunca habría sido posible la edificación de monumentos literarios tales como “La guerra y la paz” de Tolstoi, si no existieran documentos tales como el memorial de Santa Helena o incluso “Rojo y negro”, del mismísimo Sthendal.
Y qué decir de actos políticos tales como la liberación del sur africano o la Reforma Mexicana, sin los filósofos del Iluminismo Francés, quienes elaboraron pensamientos de justicia y equidad en pos del beneficio de los hombres de su tiempo.
Francois Mauriac en “Los libros que he leído”, declara que lo mejor de su vida fue el haberse topado con las estructuras gramaticales y esos entes que de alguna manera poseen una existencia propia y se llaman palabras.
Si nos echáramos un clavado en el acervo de una biblioteca, o bien, si nos imbuyéramos en una pila de tomos con el fin de realizar una árdua tarea de investigación acerca de cómo ha evolucionado la historia del libro, nos quedaríamos sumamente perplejos por la enorme cantidad de testamentos, legados y confesiones en los que se exhorta a nosotros, los de las nuevas generaciones de seres humanos, el cultivar un verdadero amor, limpio y puro dirigido al conocimiento.
Esto es como si aquellos ancestros comunes hubieran(aunque en realidad el hubiera no tiene cabida en el mundo), tácitamente, estado al tanto de las sartas de tonterías que los habitantes de la América Latina íbamos a cometer en el, para aquel entonces, futuro.
¿Por qué referirnos a la América Latina de una manera tan específica, e incluso, sin quererlo, de una forma probablemente tan peyorativa, pero sobre todo acometiendo hacia la mítica posibilidad de prosapia cultural que según algunos optimistas de la lengua nos heredaron los españoles?
Sencillamente porque los jóvenes de este continente están pasando por una crisis en la materia de humanidades, misma crisis que se ha agudizado con las recientes desapariciones y aún peor, decadencias de sus literatos originados en el famosísimo Boom, quienes, muy por el contrario a lo que se pensaba en los años sesentas, no pudieron inyectarle a la sociedad de habla hispana un amor por la lectura.
Y por supuesto, que no se podría dejar de lado ni un solo momento, otro factor que desgraciadamente es importante e insoslayable en los últimos tiempos, la especie de luminosidad y sombra que se cierne sobre la humanidad: la globalización.
Claro que se podrían escribir y escribir verdaderos adoquines de puros ensayos, tratados, monografías y artículos especializados eslabonando este penoso y doloroso tema para quienes no están preparados para afrontarlo y su relación devastadora con las artes y la poesía, sin olvidar lo crucial para el desarrollo de los pueblos, sin poder llegar a un punto de encuentro entre la concordancia, la congruencia y el descubrimiento, menos la solución.
Algún pensador de aquellos que destilaban materia gris de tanta que tenían, expresó en cierta parte de su maravillosa existencia: “Los libros hacen libres a los hombres.” Nadie le ha hecho caso en la tierra que descubrió Colón y la que se agandallaron Cortés y asociados; lo peor del caso para sus habitantes, es que aquel pensador ilustrado estaba en toda la completa razón.
Es por eso que sus habitantes, ya mencionados, los derivados de Amerigo Vespucio son tan asquerosamente interdependientes en un mundo globalizado.
Las muertes de grandes maestros como Octavio Paz y Juan José Arreola, han provocado consecuencias conmovedoras y han dejado un hueco inllenable en las letras mexicanas, cuyo pueblo es quien ocupa las preocupaciones más lacerantes en el horizonte internacional por su baja actividad lectora y no se diga su baja comprensión entre los alumnos de educación básica.
He aquí el por qué de que en las próximas líneas, la tinta estará dedicada a esbozar ligeramente una breve estipulación de los pormenores a través de algunos años a la fecha, en la nación de el águila y la serpiente.
Comenzando pués, por los años en que el levantamiento armado en contra del General de Generales y dictador Porfirio Diaz se encontraba en toda su efervescencia, haciendo retumbar cañones y disparos en el suelo mestizo.
Recuérdese muy bien que el país había sufrido una aculturización europea paradójicamente bárbara, ya que sólo la gozaba la aristocracia, entre comillas, de aquel entonces. Sin embargo, surgieron otros cerebros que utilizaron sus talentos en pro de los marginados(verbigracia los hermanos Flores Magón).
En medio de todo este caos se gestaba un orden intelectual pequeño: el Ateneo de la Juventud. En el mencionado movimiento se enarbolaba una praxis indiscutible y esa era la de compartir conocimientos con los jóvenes de aquellos tiempos y concientizarlos, de esta manera, de los sueños de libertad y justicia que volaban sobre alas doradas por Europa, posibilitando su aplicación en la nación que ya había explotado de tanta inconformidad.
De entre ellos sobresalía muy especialmente uno que con el paso de los años llegaría a ser considerado “La Cultura Universal Personalizada”: Alfonso Reyes.
El mérito general de este hombre es sencillamente el haber nacido cuando más se le necesitaba. Pero el objetivo es simple y es el de haber puesto al alcance de los entendimientos menos complejos obras y una amplia variedad de información, así como acercarlos a visitar grandes y antiquísimas civilizaciones por medio de sus libros.
En el caso de Reyes se puede hablar muy bien de precocidad literaria, porque justamente su primer publicación ostenta tal calidad que los mismos contemporáneos españoles le recibieron y le dieron la bienvenida con críticas muy bondadosas.
No fue la pueril manifestación de un niño mimado que gracias a las influencias de papá o a la cursilería de una élite, logra ver impresos sus insulsos textos(la Grazia Deledda y otros, por ejemplo, además de algunos casos aquí en Parral). No. Se trata de una obra paradigmática en la ensayística hispanoamericana: “Cuestiones estéticas”.
En el tomo que contiene su primer obra publicada aborda diversos temas de carácter, como bien se entiende, cultural. Sin embargo, no olvidemos que todo fue enmarcado por charcos de sangre y pérdidas de patriotas, por lo que el joven Reyes tuvo que salir disparado a España tras el asesinato de su padre, el General Alfonso Reyes, quien cayera el primero al inicio de la “Decena Trágica”.
Contrario a lo que se puede pensar, no hay mal que por bien no venga y Don Alfonso tuvo la oportunidad de codearse con los grandes de la Generación del 98, cuyos integrantes, novelistas de gran renombre, se encontraban en pleno apogeo y madurez.
Vinieron tiempos de prolija producción y el regreso a su México. Tiempos de fundaciones y revistas, cátedras universitarias y la avanzada edad. Pasaron varias guerras, se llegó la Era Atómica, una expropiación petrolera, un éxodo, la destrucción de dos ciudades.
Sostiene Peter Berger que “por contraste, las relaciones del hombre con su ambiente se caracterizan por su apertura al mundo”. Nada más cierto. Tal vez Reyes así lo comprendió y sus acciones se deriven de su condición de hombre internacional, no sólo por sus viajes físicos, también por sus miles de lecturas que a fin de cuentas es la mejor forma de viajar.
Dejó este plano astral en mil novecientos cincuenta y nueve, dejando un testamento de independencia literaria en Hispanoamérica, que forjó con la ayuda de Jorge Luis Borges, los hermanos Henríquez Ureña y Octavio Paz.
Claro, Vasconcelos y Torres Bodet brillan con luz muy propia.

El Boom Literario que animó a la América Latina.
Se tiene la creencia de que después de los sesenta nada quedó igual. Ciertamente. Pero tan cierto es también que no se debió precisamente a la aparición de nuevas manifestaciones musicales que excitaban a los jóvenes, sino más bien a la irrupción de ideologías que eran el producto de la mixtura de otras doctrinas y que tuvieron un impacto muy fuerte en el transcurso de los sistemas imperantes, al igual provocaron la aparición y consolidación de entrantes.
Con todo este removimiento de capas políticas y la independencia cultural de Hispanoamérica que antes mencionábamos, cabe precisar que no resulta extraño el hecho de que se llevara a cabo un fenómeno literario de enormes dimensiones y sin precedentes que comenzó con la publicación de la novela “El Señor Presidente”, del guatemalteco Miguel Ángel Asturias y se reafirmara con la entrada en escena de otros libros tales como “Rayuela”, del argentino Julio Cortázar de origen belga y radicado en Francia.
Sin embargo, México, y es doloroso mencionarlo, sólo aportó con un pilar para este movimiento, aunque de gran solidez. Carlos Fuentes, quien gravita por primera vez en la Galaxia Gutemberg con “Los días enmascarados”, colabora a sembrar conciencia en los jóvenes de su patria con libros de una relevancia y brillantez determinante en la prosa mexicana.
Pero se debe aceptar ya que el tiempo de las grandes escuelas de intelectuales ha quedado sumido en el pasado y nadie se acuerda de ellos. Sólo la memoria polvosa que le otorgan los textos escolares de historia les dan un poco de vida y les agradecen su lucha. Y no hay más.
Lo que resta es el cacicazgo intelectual y el empobrecimiento educativo de las mayorías. Como escribió Rulfo en boca del “viejo Esteban” en su cuento “En la madrugada”: “bien puede ser...” que tengamos muchos doctorados en artes, “bien puede ser...” que tengamos literatos muy versados, pero hacen falta las intervenciones de grandes altruistas del conocimiento que antes edificaran hermosos monumentos al progreso y pugnaran por que aprendizaje fuera un proceso solidario.
Probablemente ya sea el turno para los Licenciados en Intervención Educativa. Probablemente ya vaya siendo hora de aliviar esa herida que es el rezago y la baja comprensión de lectura. Probablemente ya vaya siendo hora de asegurarle al mexicano que la respuesta la puede encontrar en “El contrato social” de Rousseaou o en una buena narración de Faulkner o Agustín Yañez.
El lugar número treinta y cuatro, deshonroso y vulgar que nos dio la OCDE, tiene que ser abandonado cuanto antes. Pero eso sí, es crucial consolidar una alianza tripartita entre padres, alumnos y magisterio para lograr este sueño que no es utópico.

lunes, 20 de abril de 2009

Meditaciones acerca de la Educación.

“El principio de toda sabiduría consiste en el Temor a Dios...”
Don Quijote a Sancho Panza.


Por
Gustavo Urquiza Valdez

Hace aproximadamente dos mil quinientos años que el filósofo griego de origen italiano, Pitágoras de Samos dijo que debemos educadr a los niños de la actualidad para no castigar ni encarcelar a los hombres del futuro.
Esta impresión sigue vigente en nuestros días, sobre todo en estos tiempos de crisis de angustia y ansiedad por la que la sociedad parralense está pasando al darse cuenta en los encabezados de los periódicos de cómo se matan personas unas a las otras.
El Hombre y la Educación son uno.
Un problema que nunca debe ser tratado por separado. Se tiene que hablar de uno tomando en cuenta siempre al otro.
Un lugar en el que no se está tomando en cuenta dicha cuestión, es brasil. En este país, para resolver sus problemas, forman los temibles escuadrones de la muerte que cada estación de verano salen por las tardes a acribillar niños y niñas de la calle y a cuanto infante se le ponga al alcance de su mano.
No estamos muy lejos de caer en la misma abominación. La pregunta es: ¿Queremos que sea así?
Precisamente uno de los pasos más cruciales para darle una oportunidad a la Educación, es aceptar que todos necesitamos de ella y además que nunca es suficiente para cantar victoria y decir que “ya estoy lo suficientemente educado y no necesito más...”
Los libros es la manera en que Dios todopoderoso responde a nuestras oraciones, de acuerdo a lo que dijo San Agustín. Sin embargo, es muy importante tener vivencias, experiencias, proyectos de vida...Ganas inmensas de vivir.
El autodidactismo, para quien no ha oído hablar de ello, consiste en enseñarse a uno mismo, autoeducarse, tomar a la educación por nuestra propia iniciativa.
El autodidactismo es la mejor manera de estudiar.
Al menos así lo expresó uno de los más grandes sabios del siglo veinte...un hombre de apellido Asimov.
Después de educarnos, es nuestra responsabilidad la de educar a los demás o bien cambiar impresiones para aprender de los demás a su vez.
Hablando de estos puntos, es bueno y muy recomendable poner al alcance de los niños y jóvenes, textos como los siguientes:
La Biblia, que no puede faltar; las obras de Aristóteles; los libros de Confucio; A Rousseou.
Excepto, por la primera, probablemente las demás sugerencias parecerán nuevas, pero explico.
Aristóteles fue un filósofo griego, y uno de los más grandes que ha conocido la humanidad entera. Dejó un libro que son como reglas de conducta y moral a su hijo Nicomaco: “La Ética”. Leyéndolo, los jóvenes aprenderán mucho.
Confucio nació más de quinientos años antes de la Era Cristiana. Sus enseñanzas están recogidas en un volumen que se llama “Los cuatro Libros”. Allí se enseña conducta para los ancianos, para con los niños, cómo debe comportarse un joven, cómo debe comportarse un ciudadano con sus gobernantes y cumplir la Ley.
El último fue un filósofo francés, uno de mis preferidos. Su libro que recomiendo para el caso es “Emilio o de la Educación”. El título habla por sí solo.
La actitud y el ejemplo de los padres de familia y de los profesores de escuela es importantísimo para el logro de un Ser humano y la Educación. No se puede condenar lo que uno mismo provoca.
Debemos dejar que nuestros jóvenes alimentes sueños de una vida mejor, de un mundo mejor. Ha sido por los sueños que Francisco Villa hizo su Revolución; Ha sido por los sueños que Gandhi liberó a la India. Los sueños y los ideales han provocado el progreso de la Humanidad entera. La llegada a la Luna fue primero un sueño en la mente de un hombre de las cavernas.
Ponernos en los zapatos de los demás. No comunicar conocimientos, sino fomentarlos. Como dice la palabra Bíblica “ Lo que en Gracia recibiste en Gracia debes dar.”
No hacer de la escuela un lugar de tormento, sino de esparcimiento, en el que se esté a gusto.
Hay que permitir que la conciencia del infante se forme cabalmente y sepa de lo hermoso que es el mundo y que puede hacer de su Vida algo Extraordinario.
¿Seremos capaces de todo esto?
Vale la pena investigarlo.

lunes, 23 de marzo de 2009

CRÓNICA: Las aguas embravecidas de Parral.


Por
Gustavo Urquiza Valdez, “El último Pickwickiano”


Hidalgo del Parral, Chihuahua se vistió de luto y tragedia cuando la noche del veintinueve de agosto y la madrugada del treinta de este mismo mes, las aguas embravecidas atacaron la ciudad dejando dolor y destrucción.
Las cosas están que arden en medio de la tormenta y la escena es desalentadora. Parral está arruinado y necesita la ayuda del estado, la República Mexicana y de paisanos que radiquen en otras partes del Mundo.
Las cosas sucedieron y siguen sucediendo de la siguiente manera: el mal sistema de urbanización provocó, según opinión de vecinos damnificados, que las aguas de los diferentes arroyos de las colonias afectadas reclamaran sus terrenos y todavía con intereses, pues no permitieron que los muertos del centenario cementerio “Dolores” siguieran su reposo en paz y los sacaron de sus tumbas.
Hay quienes dicen que más de la mitad del camposanto quedó en ruinas y que más de mil cadáveres flotan en las aguas, provocando un foco de infección peligrosa no sólo para el área afectada, sino para toda la población.
Los primeros en probar la furia de la corriente mortífera fueron los colonos de la colonia “Las Fuentes”, famosa por ser habitada por gente acomodada. El agua barrió con casas enteras. Dejando el terreno exactamente como antes de que fueran construídas.
Siguió la tradicional colonia “Del parque”, donde ahora se puede decir que se alojaban las familias de pujanza empresarial por tradición.
Las casas se esfumaron, en el sentido estricto de la palabra. Los autos lujosos que muchas personas poseían hasta por número de cinco o seis fueron empujados, volteados y totalmente destruidos.
Eso sucedió con los ricos. Pero a continuación ocupémonos de los pobres. La Colonia “Churubusco”: no quedó piedra sobre piedra, todos perdieron sus muebles. Lo mismo en la tradicional colonia “Talleres” en donde los llantos junto con las crisis nerviosas y la catatonia se ven y se oyen. Ellos no tienen Esperanza de recuperar su patrimonio. No son colonias de gente pudiente.

LA ALARMA
Se asegura que el famoso cerro de la “Antena” sufrirá derrumbes. Lo peor es que una Infonavit entera se encuentra construída a sus faldas, y aunque se piensa que ya no hay peligro después de un breve desalojo de personas que se hizo el dos de septiembre, otros saben que esa seguridad pende de un hilo, pues se puede apreciar que en uno de los costados de dicho cerro hay un boquete provocado por la violencia de la lluvia torrencial.
Los vecinos de “La ampliación Juárez ven con pavor el monstruo dormido del mundialmente famoso “Cerro de las Borregas”. Seguramente gran parte se derrumbará, dicen muchos.

MÁS ALARMA Y UN POCO DE MALINTENCIONADO ALARMISMO.
Parral se quedó sin agua potable, pues el ataque de las aguas embravecidas destruyó ciento cincuenta metros de tubería provenientes de la región del “Verano”. No hay agua para bañarse, no hay agua para lavarse o mantener la higiene.
Hay quienes pregonan en las calles que la cifra de víctimas ya es de trescientos, otros que los cuerpos recuperados están entre setenta y ochenta muertos. La cifra oficial no sobrepasa los cinco muertos.

DOS HISTORIAS TRISTES.
El Centro de Convenciones de Parral quedó literalmente destruído. Las personas que asistieron allí a una fiesta de quinceañera salvaron la Vida porque se subieron al techo de un lugar contiguo. No pasaron muchos segundos después de que la última persona subió cuando la corriente se vino de lleno.
Y fue precisamente de esa fiesta de donde salieron dos jovencitas y un joven de entre veinte y diecinueve años de edad, estudiantes de la Universidad Autónoma de Chihuahua, para irse a sus casas antes de que sucediera lo que iba a suceder en el mencionado “Centro de Convenciones”, que ya no existe más. Se subieron a su vehículo color rojo. Súbitamente, en el trayecto los atacó la corriente. Una de las muchachitas llamó, en medio del pánico, vía teléfono celular, a su padre para preguntarle qué debían hacer. “Abre el vidrio de la ventana y salte por ahí...” Ella lo logró. Los otros tripulantes murieron.

Septiembre de 2008.
Colaboraciòn hecha para la pàgina en Internet "Las cumbres del gato", editada por el periodista franorense Cèsar Mota.