No, el amor no es cuestión de un específico día del año gregoriano. Es más bien una fuerza invisible que mueve el Universo entero; es una manifestación del Gran Arquitecto de la Creación para hacernos entender que somos uno en Él.
Casi me atrevería decir que es la fuerza de gravedad, la misma que los astrofísicos llaman ley de la atracción de los objetos, el amor mismo, instituido por la primera causa de todas las cosas. Va desde un bebé, pasando por una mujer desnuda hasta la visión del Cosmos entero.
“¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti?” Isaías 49: 15
El Amor impregna el Cosmos entero.
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