“El principio de toda sabiduría consiste en el Temor a Dios...”
Don Quijote a Sancho Panza.
Por
Gustavo Urquiza Valdez
Hace aproximadamente dos mil quinientos años que el filósofo griego de origen italiano, Pitágoras de Samos dijo que debemos educadr a los niños de la actualidad para no castigar ni encarcelar a los hombres del futuro.
Esta impresión sigue vigente en nuestros días, sobre todo en estos tiempos de crisis de angustia y ansiedad por la que la sociedad parralense está pasando al darse cuenta en los encabezados de los periódicos de cómo se matan personas unas a las otras.
El Hombre y la Educación son uno.
Un problema que nunca debe ser tratado por separado. Se tiene que hablar de uno tomando en cuenta siempre al otro.
Un lugar en el que no se está tomando en cuenta dicha cuestión, es brasil. En este país, para resolver sus problemas, forman los temibles escuadrones de la muerte que cada estación de verano salen por las tardes a acribillar niños y niñas de la calle y a cuanto infante se le ponga al alcance de su mano.
No estamos muy lejos de caer en la misma abominación. La pregunta es: ¿Queremos que sea así?
Precisamente uno de los pasos más cruciales para darle una oportunidad a la Educación, es aceptar que todos necesitamos de ella y además que nunca es suficiente para cantar victoria y decir que “ya estoy lo suficientemente educado y no necesito más...”
Los libros es la manera en que Dios todopoderoso responde a nuestras oraciones, de acuerdo a lo que dijo San Agustín. Sin embargo, es muy importante tener vivencias, experiencias, proyectos de vida...Ganas inmensas de vivir.
El autodidactismo, para quien no ha oído hablar de ello, consiste en enseñarse a uno mismo, autoeducarse, tomar a la educación por nuestra propia iniciativa.
El autodidactismo es la mejor manera de estudiar.
Al menos así lo expresó uno de los más grandes sabios del siglo veinte...un hombre de apellido Asimov.
Después de educarnos, es nuestra responsabilidad la de educar a los demás o bien cambiar impresiones para aprender de los demás a su vez.
Hablando de estos puntos, es bueno y muy recomendable poner al alcance de los niños y jóvenes, textos como los siguientes:
La Biblia, que no puede faltar; las obras de Aristóteles; los libros de Confucio; A Rousseou.
Excepto, por la primera, probablemente las demás sugerencias parecerán nuevas, pero explico.
Aristóteles fue un filósofo griego, y uno de los más grandes que ha conocido la humanidad entera. Dejó un libro que son como reglas de conducta y moral a su hijo Nicomaco: “La Ética”. Leyéndolo, los jóvenes aprenderán mucho.
Confucio nació más de quinientos años antes de la Era Cristiana. Sus enseñanzas están recogidas en un volumen que se llama “Los cuatro Libros”. Allí se enseña conducta para los ancianos, para con los niños, cómo debe comportarse un joven, cómo debe comportarse un ciudadano con sus gobernantes y cumplir la Ley.
El último fue un filósofo francés, uno de mis preferidos. Su libro que recomiendo para el caso es “Emilio o de la Educación”. El título habla por sí solo.
La actitud y el ejemplo de los padres de familia y de los profesores de escuela es importantísimo para el logro de un Ser humano y la Educación. No se puede condenar lo que uno mismo provoca.
Debemos dejar que nuestros jóvenes alimentes sueños de una vida mejor, de un mundo mejor. Ha sido por los sueños que Francisco Villa hizo su Revolución; Ha sido por los sueños que Gandhi liberó a la India. Los sueños y los ideales han provocado el progreso de la Humanidad entera. La llegada a la Luna fue primero un sueño en la mente de un hombre de las cavernas.
Ponernos en los zapatos de los demás. No comunicar conocimientos, sino fomentarlos. Como dice la palabra Bíblica “ Lo que en Gracia recibiste en Gracia debes dar.”
No hacer de la escuela un lugar de tormento, sino de esparcimiento, en el que se esté a gusto.
Hay que permitir que la conciencia del infante se forme cabalmente y sepa de lo hermoso que es el mundo y que puede hacer de su Vida algo Extraordinario.
¿Seremos capaces de todo esto?
Vale la pena investigarlo.
Don Quijote a Sancho Panza.
Por
Gustavo Urquiza Valdez
Hace aproximadamente dos mil quinientos años que el filósofo griego de origen italiano, Pitágoras de Samos dijo que debemos educadr a los niños de la actualidad para no castigar ni encarcelar a los hombres del futuro.
Esta impresión sigue vigente en nuestros días, sobre todo en estos tiempos de crisis de angustia y ansiedad por la que la sociedad parralense está pasando al darse cuenta en los encabezados de los periódicos de cómo se matan personas unas a las otras.
El Hombre y la Educación son uno.
Un problema que nunca debe ser tratado por separado. Se tiene que hablar de uno tomando en cuenta siempre al otro.
Un lugar en el que no se está tomando en cuenta dicha cuestión, es brasil. En este país, para resolver sus problemas, forman los temibles escuadrones de la muerte que cada estación de verano salen por las tardes a acribillar niños y niñas de la calle y a cuanto infante se le ponga al alcance de su mano.
No estamos muy lejos de caer en la misma abominación. La pregunta es: ¿Queremos que sea así?
Precisamente uno de los pasos más cruciales para darle una oportunidad a la Educación, es aceptar que todos necesitamos de ella y además que nunca es suficiente para cantar victoria y decir que “ya estoy lo suficientemente educado y no necesito más...”
Los libros es la manera en que Dios todopoderoso responde a nuestras oraciones, de acuerdo a lo que dijo San Agustín. Sin embargo, es muy importante tener vivencias, experiencias, proyectos de vida...Ganas inmensas de vivir.
El autodidactismo, para quien no ha oído hablar de ello, consiste en enseñarse a uno mismo, autoeducarse, tomar a la educación por nuestra propia iniciativa.
El autodidactismo es la mejor manera de estudiar.
Al menos así lo expresó uno de los más grandes sabios del siglo veinte...un hombre de apellido Asimov.
Después de educarnos, es nuestra responsabilidad la de educar a los demás o bien cambiar impresiones para aprender de los demás a su vez.
Hablando de estos puntos, es bueno y muy recomendable poner al alcance de los niños y jóvenes, textos como los siguientes:
La Biblia, que no puede faltar; las obras de Aristóteles; los libros de Confucio; A Rousseou.
Excepto, por la primera, probablemente las demás sugerencias parecerán nuevas, pero explico.
Aristóteles fue un filósofo griego, y uno de los más grandes que ha conocido la humanidad entera. Dejó un libro que son como reglas de conducta y moral a su hijo Nicomaco: “La Ética”. Leyéndolo, los jóvenes aprenderán mucho.
Confucio nació más de quinientos años antes de la Era Cristiana. Sus enseñanzas están recogidas en un volumen que se llama “Los cuatro Libros”. Allí se enseña conducta para los ancianos, para con los niños, cómo debe comportarse un joven, cómo debe comportarse un ciudadano con sus gobernantes y cumplir la Ley.
El último fue un filósofo francés, uno de mis preferidos. Su libro que recomiendo para el caso es “Emilio o de la Educación”. El título habla por sí solo.
La actitud y el ejemplo de los padres de familia y de los profesores de escuela es importantísimo para el logro de un Ser humano y la Educación. No se puede condenar lo que uno mismo provoca.
Debemos dejar que nuestros jóvenes alimentes sueños de una vida mejor, de un mundo mejor. Ha sido por los sueños que Francisco Villa hizo su Revolución; Ha sido por los sueños que Gandhi liberó a la India. Los sueños y los ideales han provocado el progreso de la Humanidad entera. La llegada a la Luna fue primero un sueño en la mente de un hombre de las cavernas.
Ponernos en los zapatos de los demás. No comunicar conocimientos, sino fomentarlos. Como dice la palabra Bíblica “ Lo que en Gracia recibiste en Gracia debes dar.”
No hacer de la escuela un lugar de tormento, sino de esparcimiento, en el que se esté a gusto.
Hay que permitir que la conciencia del infante se forme cabalmente y sepa de lo hermoso que es el mundo y que puede hacer de su Vida algo Extraordinario.
¿Seremos capaces de todo esto?
Vale la pena investigarlo.
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